"No todos los ojos cerrados duermen, ni todos los ojos abiertos ven", Bill Cosby
Por David De Angelis
Uno de los problemas al que nos enfrentamos es a la desconfianza. A la ruptura de la norma según la cual una persona con gafas, “será esclavo de las mismas de por vida”. Hay muchos detractores del método, ya sea por desconocimiento o por intereses (la venta de gafas es un negocio muy fructífero y que va al alza) o por algunas cuestiones que abordaremos en la parte tercera.
Sin embargo, una vez que entendemos el proceso por el cual el ojo es capaz de enfocar, unido a unos ejercicios, a una motivación y, por qué no, a una FE, nos empezamos a adentrar en un mundo sorprendente. Y que me encanta compartir con vosotros.
MI experiencia personal
Y es así, resulta que estoy con la confianza absoluta de que algún día me voy a “curar de la vista”. Sí, es posible. No solo porque me lo creo, sino porque ya he visto las mejoras con mis propios ojos. Y aunque te momento sigo llevando gafas, no son la graduación máxima a la que estaba hace un año. Tampoco quiero vender la moto de que es un método que no requiere esfuerzo y mentalización. Sin embargo, considero que merece la pena intentarlo. Nadie dijo que esto fuera fácil. Y allá voy:
- Hasta los 12 años (pubertad), podía vacilar a los “gafotas” ya que yo disponía de una vista extraordinaria. (Me llevé un ZASCA, jeje)
- Las continuas horas en la escuela, hicieron patente mi “falta de nitidez” respecto a la pizarra: primeras gafas (1,25 y 1,50 dioptrías, ojo derecho e izquierdo respectivamente). A estas edades, es un error simplificar todo al uso de gafas. Se deberían restringir al mínimo, y dar una educación visual que ya sabemos que brilla por su ausencia. “A partir de ahora llevarás gafas para el resto de tu vida” Pero es muy sencillo tener vista perfecta al instante, sin esfuerzo…
- En cuanto pude, me pasé a las lentillas (mucho cuidado con su uso). Las llevaba en todo momento, incluso para leer y estudiar. Me secaban el ojo pero me veía “guapo”. Aún siendo que de cerca veía bien, con ellas no tienes posibilidad de decidir cuándo tenerlas puestas y cuando no. Por lo tanto, consiguieron hacer que mi ojo no se esforzara en enfocar nada.
- Una cosa llevó a la otra. Estaba creciendo físicamente, pero también la miopía.
- Seguía estudiando (enfocando de cerca) y seguía creciendo la miopía. Mi ojo estaba acostumbrado a vivir en una ciudad, donde todo lo que había que ver estaba a menos de 200 metros de mí. Y con gafas siempre. No se esforzaba y el enfoque estaba demasiado “cruzado” ya que las cosas estaban demasiado cerca. (El conocido como “estrés por hiperacomodación”) El ojo en emetropía (en estado de relajación, sin enfocar, “enfoca” al infinito: el infinito no se enfoca, por lo tanto la línea de enfoque de cada ojo estaría paralela). En definitiva, estaba forzando el enfoque, continuamente, durante más de 10 años.
- En total, desde que empecé a tener gafas, hasta que conocí el libro, pasaron 13 años. Un tiempo en que me he gastado un dinero importante en monturas y cristales, en lentillas… e iba encaminado a seguir así durante el resto de mi vida. No veía opciones.
- Un día conocí a un amigo que ya no llevaba gafas. Y a otra chica que también se las había quitado. Empecé a investigar y encontré diferentes métodos y técnicas de mejora, o al menos, de no empeoramiento:
- Método BATES. Ahí podéis encontrar mucha info y libros. Diferente metodología de la que espero hacer una revisión en su día.
- ACCOMOTRAC VISION TRAINER
- GAFAS ESTENOPEICAS/PINHOLE/RETICULARES O ESTENOS
- Mientras investigaba y empezaba a buscar información para hacerme una idea, llegó a mis manos el libro de David De Angelis. Me convencieron sus teorías, y quise creer. Y ahora, aquí estoy, transmisor de conocimiento.
- En las gráficas siguientes muestro la evolución de mi miopía a lo largo de mi vida:
mejora
Primero, voy a explicar con palabras las experiencias y fases de que consta el proceso de mejora. Posteriormente voy a exponer unas gráficas con la mejora que he tenido y el punto en el que me encuentro ahora.
- Comenzar es difícil y requiere paciencia, aceptación y motivación.
La idea es que lleves las gafas lo menos posible. Cuando te sientas seguro o no tengas que ver nada importante. En casa, autobús, comiendo, cuando sabes el camino, con amigos cercanos…¡¡no te las pongas!!
Lo que pasa es que pierdes tu identidad, te sientes desubicado, desprotegido e inútil. Te enfadas y te agobias ya que dedicas mucho tiempo a tonterías y a buscar cosas. Pero es solo el inicio… bueno… jejej… sigue siéndolo (porque estás demasiado acostumbrado a tenerlo fácil).
Otro de los aspectos que hay que superar es el “qué pensarán”. El problema que tenemos los miopes, aparte de que no vemos, es que nos podemos sentir mal si vamos por la calle y no reconocemos a alguien. Pensamos “se creerá que no le quiero saludar, que soy antipático, borde o malafollá…” Es importante decir que al miope hay que tratarlo, y debe tratarse a sí mismo holísticamente. Lo que acabo de contar, aborda el apartado emocional de los miopes.
Hay algunas teorías que dicen “el miope es así porque su propio espíritu necesita estar más en comunión consigo mismo y no mirar tanto hacia fuera y al qué pensarán los demás”. Antes de empezar a producir para los demás, debemos entendernos. ¿Quizá no hemos tenido tiempo para hacer lo que queríamos? ¿Hemos tenido que satisfacer a alguien autoritario? ¿Preferíamos no ver bien a alguien que siempre tenía gesto de decepción, protesta o enfado? A medida que indagamos también en éstos aspectos, nos vamos dando cuenta realmente de quién somos y qué queremos. Y a medida que nos curamos, vamos aprendiendo a conocernos y a querernos.
- Superación de miedos
Personalmente, lo que he hecho ha sido ponerle una cuerda a las gafas de manera que siempre están en mi cuello por si las “necesito”. Así me ahorro el tener que buscarlas. Es un buen método para empezar, pero estando tan a mano, nuestra mente siempre tira de ellas en caso de necesidad. (Por un lado está bien, pero por el otro no terminamos de separarnos emocionalmente de ellas)
- Primeras mejoras
Cualquier mínimo resultado debe ser celebrado como un éxito rotundo. La motivación juega un papel importantísimo.
¡¡Y te alejas el libro más y más!! Y lo sigues leyendo… ¡qué locura! ¿Soy capaz de leer eso?
- Retroceso
Si esto lo veía yo ayer y ahora no… así no vamos a ningún lado. Pero sigues practicando, esto era a base de la mejora, esfuerzo, dedicación, motivación…
Y dos días después, has mejorado más todavía.
Es un trabajo a la larga, una carrera de fondo. No hay que tener prisa. Llevamos 10 años o más con gafas… y queremos mejorar todo en 1 mes. Si yo me mejorara hasta el 100% en 10 años, me daría por contento, pero creo que será antes…
- Vida diaria
El problema al que actualmente me estoy enfrentando es a la necesidad de estar haciendo cosas, tanto en casa trabajando con el ordenador, conduciendo, trabajando o tomando decisiones rápidas que requieren decisiones visuales, muchas veces. Cuando viajo en bici, todo cambia. Yo decido los tiempos y no tengo responder ante nadie.
Eso es muy bueno porque vas volviendo a ti mismo. Otras personas tendrán el problema de que sea al contrario, el estrés de estar en el presente, respondiendo, produciendo y no pueden estar sin gafas tanto tiempo… eso complica, en mi opinión, el proceso. Y lo digo porque me ha pasado, y quizá me está pasando actualmente.
Pero también son escusas. Miedo a “qué pensarán que no veo nada… que qué tonterías tengo en la cabeza… pero hay que seguir intentándolo en cuando sea posible….
- Y vienen los resultados:
Este proceso de medición de la miopía implica nervios y la necesidad de responder rápido y con presión a las preguntas del oculista.
La verdadera realidad es que intento ir sin gafas a todos los sitios, llevarlas lo menos posible para hacer trabajar al ojo, y los resultados, a veces, son impresionantes:
- Puedo leer carteles por la calle (tiendas, aparcamientos…)
- Señales por la carretera a distancias considerables, matrículas de coches
- Puedo ver la tele y leer lo que a veces hay escrito
- De vez en cuando me olvido que no veo y de repente todo está definido, pero cuando me doy cuenta, ¡¡pumba!! Fuera
Otra de las cosas que hago, para ir mejorando la vista es ponerme gafas (cristales) míos y de graduaciones anteriores. Si en mi vida he tenido 5 cristales con graduaciones progresivamente mayores, he ido reduciendo. De la 5ª graduación, pasé a la 4ª. A la 3ª y ahora, con la motivada me he puesto la 2ª. Es cierto que no veo perfectamente como lo haría con una más, pero:
- Me mejora la vista de tal manera que no me agobio tanto como si no llevara nada (la graduación es de unas 2 dioptrías en cada ojo). Por lo tanto, contando con mis 4 dioptrías actuales, dejo de ver alrededor de unas 2 dioptrías.
- Puedo escribir con ellas en el ordenador (con ligero desenfoque que va mejorando a medida que sigo usándolas)
Y podría seguir extendiéndome en ejemplos e intentando que me hicierais caso y practicarais lo que yo os digo, pero eso depende de cada cual. Yo, con tal de haber motivado a uno solo de los que consigan leerme, me doy por satisfecho. Sin embargo, no me conformo con ese uno. Quiero más. Es algo que se debería saber… que por mí, no quede.
El cómo se detallará en la siguiente entrada.
Ahí lo tenéis, depende de vosotros el hacerlo llegar a otras personas, como posible opción, o quizá como curiosidad.
Asimismo, me pongo a su disposición de cualquier interesado para solventar las dudas que puedan surgir al respecto, y por qué no, darle algunos consejos dentro de mis posibilidades.