Tenía pinta de ser una ciudad peligrosa. Desde que entramos en Italia, todas las personas nos advertían de que tuviéramos cuidado, que estuviéramos atentos a nuestras bicicletas, que había mucha delincuencia...
- Muchas suerte en vuestro viaje, nos dijo una chica. Y cuando se iba, le dijo a su chico en voz baja: Si siguen con la bici después de Nápoles....
- Yo estudié allí y cuando me iba a mi casa en el metro, siempre iba sin el collar porque nunca se sabe, te sacan la pistola... a una amiga mía..., nos comentó otra señora.
- Nápoles es muy bonita, pero estad atentos... nos dijo otro señor.
Llevamos mucho tiempo escuchando esas cosas, como aquellas de que en Suiza la gente es muy fría y no te dan nada de dinero, no te hablan ni miran al pasar... Y cuando llegas al sitio, lo ves con tus propios ojos y te das cuenta de que la gente habla demasiado, te planteas si realmente merece la pena hacer caso a estos comentarios.
Estuvimos tentados de pasar Nápoles de largo, rodeándola y yendo a sitios muy bonitos de los alrededores... Sin embargo, queremos romper con ideales preconcebidos y hacernos nuestro propio concepto de cada lugar, a base de nuestra experiencia. Así que aquí que nos dirigimos...
Tuvimos la suerte de encontrarnos con Roberto Balassone en Sperlonga. Habíamos intentado contactar con otras personas a través de WarmShowers, pero no había sido posible hasta el momento. Quedamos en hablar con él, y un día antes de que llegáramos, nos dijo que nos podíamos quedar con él en su casa. Y aquí llevamos tres noches y juega si no nos quedamos otra cuarta, jajaja
Pero también queremos seguir. Sicilia, nuestro gran objetivo desde que entramos en Italia está cada vez más cerca. Ya estamos pensando en qué rumbo tomaremos luego. Posibilidades, infinitas.
Hemos hecho de todo en Nápoles, guiados por un Napolitano, que nos ha enseñado los mejores sitios para comer pizza, sfogliatelle, babás, helados, nos ha dicho dónde trabajar, hemos conocido a sus alumnos, ha cocinado para nosotros, nos ha guiado por iglesias y zonas, calles, panorámicas y nos ha presentado a amigos suyos. Todo esto, haciéndonos culminar nuestra experiencia en Nápoles, bailando música mediterránea en un colegio ocupado, L'asilo.
Una experiencia maravillosa y que ha hecho de Nápoles una de las ciudades que más nos ha gustado hasta el momento.
Hoy salimos rumbo sur, con la vista puesta en Pompei, Costa Amalfitana... y Sicilia y sus 17 º mínimo... jeje
Saludos,
Colleen y Jose
- Muchas suerte en vuestro viaje, nos dijo una chica. Y cuando se iba, le dijo a su chico en voz baja: Si siguen con la bici después de Nápoles....
- Yo estudié allí y cuando me iba a mi casa en el metro, siempre iba sin el collar porque nunca se sabe, te sacan la pistola... a una amiga mía..., nos comentó otra señora.
- Nápoles es muy bonita, pero estad atentos... nos dijo otro señor.
Llevamos mucho tiempo escuchando esas cosas, como aquellas de que en Suiza la gente es muy fría y no te dan nada de dinero, no te hablan ni miran al pasar... Y cuando llegas al sitio, lo ves con tus propios ojos y te das cuenta de que la gente habla demasiado, te planteas si realmente merece la pena hacer caso a estos comentarios.
Estuvimos tentados de pasar Nápoles de largo, rodeándola y yendo a sitios muy bonitos de los alrededores... Sin embargo, queremos romper con ideales preconcebidos y hacernos nuestro propio concepto de cada lugar, a base de nuestra experiencia. Así que aquí que nos dirigimos...
Tuvimos la suerte de encontrarnos con Roberto Balassone en Sperlonga. Habíamos intentado contactar con otras personas a través de WarmShowers, pero no había sido posible hasta el momento. Quedamos en hablar con él, y un día antes de que llegáramos, nos dijo que nos podíamos quedar con él en su casa. Y aquí llevamos tres noches y juega si no nos quedamos otra cuarta, jajaja
Pero también queremos seguir. Sicilia, nuestro gran objetivo desde que entramos en Italia está cada vez más cerca. Ya estamos pensando en qué rumbo tomaremos luego. Posibilidades, infinitas.
Hemos hecho de todo en Nápoles, guiados por un Napolitano, que nos ha enseñado los mejores sitios para comer pizza, sfogliatelle, babás, helados, nos ha dicho dónde trabajar, hemos conocido a sus alumnos, ha cocinado para nosotros, nos ha guiado por iglesias y zonas, calles, panorámicas y nos ha presentado a amigos suyos. Todo esto, haciéndonos culminar nuestra experiencia en Nápoles, bailando música mediterránea en un colegio ocupado, L'asilo.
Una experiencia maravillosa y que ha hecho de Nápoles una de las ciudades que más nos ha gustado hasta el momento.
Hoy salimos rumbo sur, con la vista puesta en Pompei, Costa Amalfitana... y Sicilia y sus 17 º mínimo... jeje
Saludos,
Colleen y Jose