Se esperaban días en solitario por ambos países, pero por el contrario, encontré a un buen compañero de viaje que me animó a subir a lo más alto de la Albania profunda. Cuando nos separamos, decidí que lo mio eran las cuestas abajo, o como mucho, los llanos con viento a favor.
Días de mucho calor y pendientes exageradas
Días de mucho calor y pendientes exageradas
ALBANIA
Ya tenía yo ganas de llegar a ese país. La primera vez que pisaba Europa del Este e iba a ser en el país más pobre de Europa.
Tenía toques que me recordaban a Kenya, que es el único país en el que he estado por el momento en África, aunque mucha menos gente en las calles, y por supuesto, mucho más claros de piel. Desde Durres a Tiranë, me sorprendió la cantidad de negocios de reparación de coches que había. Muchos Mercedes antiguos, sobre todo, pero también camiones, coches en general, y vuelta a los "Matatus" (furgonetas convertidas en minibuses) que podían elegir cualquier ruta que quisieran solo con poner el nombre de la ruta que harían ese día. Un desorden organizado, de esos que me gustan a mí.
Tenía toques que me recordaban a Kenya, que es el único país en el que he estado por el momento en África, aunque mucha menos gente en las calles, y por supuesto, mucho más claros de piel. Desde Durres a Tiranë, me sorprendió la cantidad de negocios de reparación de coches que había. Muchos Mercedes antiguos, sobre todo, pero también camiones, coches en general, y vuelta a los "Matatus" (furgonetas convertidas en minibuses) que podían elegir cualquier ruta que quisieran solo con poner el nombre de la ruta que harían ese día. Un desorden organizado, de esos que me gustan a mí.
Unas horas después de pisar tierra en Albania, un grupo de cristianos que acababan de terminar un campamento me invitaron a comer. Entrantes, vino y chuletón... No era un mal inicio en Albania. Pero tampoco fue algo extraño que la gente fuera tan agradable e invitaran a cafés, cervezas, hablando italiano, inglés, francés e incluso español... Debido siempre a la necesidad de emigrar para poder sobrevivir.
Cerveza barata y comida también, me terminé perdiendo en el placer de la soledad. Subir una cuesta para ver un castillo temprano por la mañana cuando había desayunado cerveza y plátanos, ¿para qué? Mejor tomarnos otra y a seguir camino que luego hará calor...
La primera noche me costó encontrar sitio para dormir, y sin conocer el idioma, le pregunté a una familia si me podía quedar en su terreno. Era abierto y no les costaría nada... querían dinero y yo para eso, no tenía. Fue un poco duro ver como me negaban ese pequeño espacio, pero creo que también estaban preocupados de que había perros salvajes y me pudieran hacer algo... Cualquiera los entendía... Pero sin dinero, no hay sitio...
Al día siguiente, cuando descansaba a un lado de la carretera principal comiendo unas almendras verdes, me encontré a Vel, otro ciclista, más joven que yo, francés-australiano y con menos peso en la bicicleta. Venía de haber viajado por Asia durante 3 meses (Camboya, Laos, Vietnam) y desde Estambul, tenía pensado llegar a su casa en Lyon. Su idea era subir a las montañas de Albania y luego seguir para Kosovo... Me uní a él.
Cerveza barata y comida también, me terminé perdiendo en el placer de la soledad. Subir una cuesta para ver un castillo temprano por la mañana cuando había desayunado cerveza y plátanos, ¿para qué? Mejor tomarnos otra y a seguir camino que luego hará calor...
La primera noche me costó encontrar sitio para dormir, y sin conocer el idioma, le pregunté a una familia si me podía quedar en su terreno. Era abierto y no les costaría nada... querían dinero y yo para eso, no tenía. Fue un poco duro ver como me negaban ese pequeño espacio, pero creo que también estaban preocupados de que había perros salvajes y me pudieran hacer algo... Cualquiera los entendía... Pero sin dinero, no hay sitio...
Al día siguiente, cuando descansaba a un lado de la carretera principal comiendo unas almendras verdes, me encontré a Vel, otro ciclista, más joven que yo, francés-australiano y con menos peso en la bicicleta. Venía de haber viajado por Asia durante 3 meses (Camboya, Laos, Vietnam) y desde Estambul, tenía pensado llegar a su casa en Lyon. Su idea era subir a las montañas de Albania y luego seguir para Kosovo... Me uní a él.
Decisión dura ésta porque el tío le pegaba fuerte. Me recordaba a mí mismo y mi primer viaje, cuando básicamente avanzaba a tope cada día. No hacíamos más de 80 km al día, pero con unas montañas muy duras. Por falta de presupuesto, aquella parte de Albania no tenía puentes entre montañas, por lo que había que subir una montaña entera, y para pasar a la siguiente, había que bajar al nivel del río y luego volver a subir en pendientes de más de 25%... Agradezco a aquel camión que me dejara agarrarme a él para subir la pendiente más imposible del momento, bajo un sol abrasador y con el firme escurridizo por las piedras que se habían soltado de la ladera...
Sin embargo, los paisajes eran espectaculares y la gente también. Pudimos dormir en el jardín de un restaurante y el hijo del dueño nos llevó a nadar al lago en su barca hecha de bidones de metal alisados. Nos comentó que su familia movía toda la droga del lugar y que a partir de las 22 h, podríamos encontrar lo que quisiéramos. Nos contaba la historia de unos franceses que hace unos años llegaron con el Hammer y se pusieron hasta arriba de cocaína, porros y de todo... Era difícil la comunicación con él, pero cada cosa que pillaba era una locura. Sin embargo, para las 22 h ya llevábamos un rato durmiendo... Así que no pudimos ver esa faceta del negocio...
Llegábamos a pueblos alejados de todo, rodeados de montañas que rezumaban agua por doquier, y sin embargo, nos comentaron que por la corrupción, Kukës, incluso rodeada de montañas de agua buena, no recibía agua potable y la gente tenía que hacer kilómetros y rellenar bidones de agua para el propio consumo...
Acampamos en mitad de un valle precioso, detrás de una gasolinera. Ése por lo visto, era un sitio que muchos ciclistas usaban para acampar. Era seguro porque la gasolinera estaba abierta 24 h y el dueño del terreno no puso ningún problema. En invierno, ese valle llegaría a -25º C. Y la gente por allí, tenía realmente pocas posibilidades de trabajo y comida...
Algunos pueblos perdidos de las montañas te hacían retroceder realmente en el tiempo. Gente con sus burros, arados para animales, casas antiguas, y sin embargo, podías preguntar por una dirección y te sacaban el IPad... Curioso todo esto...
La siguiente noche la pasé en un negocio de maquinaria pesada para construcciones, con hombre de seguridad incluido y al día siguiente llegaría a Skhodër. Podría decir que Albania había sido realmente un lugar seguro para mí. Eso sí, me siento más seguro en Croacia que en Albania o también en Montenegro... pero son solo sensaciones, nada más...
Me gustaría reseñar asimismo lo atenta que estuvo la policía Albanesa conmigo cuando me decidí a pasar por un túnel de 6 km de largo, única opción para salir de allí si no querías chuparte otra rica serie de montañas. Me pararon en la entrada, se pusieron a hablar conmigo, nos agregamos al Facebook y me explicaron que habían llamado a un PickUp para subir la bici y que me llevara al otro lado del túnel (por mi seguridad). 15 minutos subido al coche, con el fresquito y a partir de ahí, casi 60 km cuesta abajo... ¡¡rico rico!!
En Skhodër, una ciudad con gran trafico de turistas tuve el primer aviso de que debía salir de Albania. Había llegado el momento.
Estaba en un parque en la ciudad y había muchos niños gitanos por las calles, sucios y descuidados, pero sonrientes y simpáticos. Una pareja de niñas de 5 y 7 años se acercaron a por dinero, que no tenía, pero luego se acercaron a por comida. Se llevaron un par de bocatas cada una, así como cabezas de ajo... les encantaba el ajo... Vino una tercera y también se llevó otro bocata...
Cuando me fui a echar la siesta, puse mi bici en un árbol, mi "mapa", con mi cartera, camaras, pasaporte y "cosas importantes" entre yo y la bici y me puse a dormir. Me dio el sol y cambié mi angulación respecto al mapa... Cuando me desperté, el mapa se había alejado de mí, y estaba a los pies de la bici... me entró el calor... "Ya la hemos liado". Fui a ver que me había desaparecido y por lo visto, solo fue la camara de fotos y 2 euros... todo lo demás, tarjetas, pasaporte y bla bla bla estaba allí... Fue un robo perfecto. Me levanté, aplaudí a mi alrededor, recogí todo y salí de allí. Espero que hayan podido aprovechar esa cámara de alguna manera, y si fueron los niños, les deseo lo mejor en la vida.
En Skhodër, una ciudad con gran trafico de turistas tuve el primer aviso de que debía salir de Albania. Había llegado el momento.
Estaba en un parque en la ciudad y había muchos niños gitanos por las calles, sucios y descuidados, pero sonrientes y simpáticos. Una pareja de niñas de 5 y 7 años se acercaron a por dinero, que no tenía, pero luego se acercaron a por comida. Se llevaron un par de bocatas cada una, así como cabezas de ajo... les encantaba el ajo... Vino una tercera y también se llevó otro bocata...
Cuando me fui a echar la siesta, puse mi bici en un árbol, mi "mapa", con mi cartera, camaras, pasaporte y "cosas importantes" entre yo y la bici y me puse a dormir. Me dio el sol y cambié mi angulación respecto al mapa... Cuando me desperté, el mapa se había alejado de mí, y estaba a los pies de la bici... me entró el calor... "Ya la hemos liado". Fui a ver que me había desaparecido y por lo visto, solo fue la camara de fotos y 2 euros... todo lo demás, tarjetas, pasaporte y bla bla bla estaba allí... Fue un robo perfecto. Me levanté, aplaudí a mi alrededor, recogí todo y salí de allí. Espero que hayan podido aprovechar esa cámara de alguna manera, y si fueron los niños, les deseo lo mejor en la vida.
MONTENEGRO
La costa de Montenegro no tendrá más de 120 km de ancho y me la hice en un par de días. Tenía pensado ir a Podgorica, la capital, pero ¿para qué? No se me había perdido nada allí y las opciones para visitarla pasaban por subir de unos 100 m de altura a 1200 m en 20 kilómetros, o meterme en un túnel cuesta arriba... para llegar a la gran ciudad y no tener nada que hacer...
El resultado fue que seguí por la costa, relajado en la carretera N. 8, sin andenes y muy transitada por todo tipo de coches, camiones y también, ciclistas. Me encontraría más de 15 o 20 viajando en dirección contraria. ¿Dónde estarán ahora? Seguramente vuelta al trabajo, estudios, o al menos, a casa. El verano es para eso, a partir de Septiembre, ya quedamos pocos deambulando por ahí...
El resultado fue que seguí por la costa, relajado en la carretera N. 8, sin andenes y muy transitada por todo tipo de coches, camiones y también, ciclistas. Me encontraría más de 15 o 20 viajando en dirección contraria. ¿Dónde estarán ahora? Seguramente vuelta al trabajo, estudios, o al menos, a casa. El verano es para eso, a partir de Septiembre, ya quedamos pocos deambulando por ahí...
El caso es que me gusta adentrarme en países nuevos sin conocer muchas cosas de ellos. Me gusta hacerme una idea propia de cada uno de ellos casi desde cero, a base de lo que la gente me va contando... Algunas personas lo pueden entender como falta de cultura, pero a mí no me parece eso... O al menos, el tipo de cultura que ellos entienden como "CULTURA"...
Pues resulta que sin esperármelo, en Montenegro tienen EUROS. Y no es porque estén en el euro, sino que han comprado la moneda EURO y la usan como moneda propia (cómo Kosovo, si no me equivoco). Ésto les viene muy bien a la hora de la venida de turismo europeo. Ya que no tienen que cambiar y se encuentran los precios más económicos.
Lo que puedo decir de las costa de Montenegro es que está petada de turismo. Sentado en el paseo marítimo, cerveza en mano, me costaba quitarme las gafas y continuar con mis ejercicios de visión, porque había una cantidad de mujeres bonitas, bikinis, piernas kilométricas... y también de machos depilados, morenos y petados de gymnasio... uno se siente pequeño... pero agradecido de no ser uno de ellos/as, que basan su autoestima en el físico...
Pues resulta que sin esperármelo, en Montenegro tienen EUROS. Y no es porque estén en el euro, sino que han comprado la moneda EURO y la usan como moneda propia (cómo Kosovo, si no me equivoco). Ésto les viene muy bien a la hora de la venida de turismo europeo. Ya que no tienen que cambiar y se encuentran los precios más económicos.
Lo que puedo decir de las costa de Montenegro es que está petada de turismo. Sentado en el paseo marítimo, cerveza en mano, me costaba quitarme las gafas y continuar con mis ejercicios de visión, porque había una cantidad de mujeres bonitas, bikinis, piernas kilométricas... y también de machos depilados, morenos y petados de gymnasio... uno se siente pequeño... pero agradecido de no ser uno de ellos/as, que basan su autoestima en el físico...
A la llegada a Budva, me di cuenta de que tenía que salir de allí. Decidí cambiar la carretera principal por una "blanca" muy bonita que salí en el mapa, paralela a la principal. Me arrepentiría de ésta en más de una ocasión. Quise dar la vuelta, pero ya estaba en ella, no podía rendirme. 100 m después de haberla cogido, me bajé de la bicicleta y empecé a empujar... Así durante 4 km al menos. Siempre parecía que acabaría, pero volvía otra cuesta...
Sin embargo, estoy contento de haber cogido esa carretera porque pude ver algo del Monenegro profundo, y entender como el baloncesto en éstos países es tan bueno incluso siendo pequeños. En mitad de la carretera, podía encontrar canastas de baloncesto y gente mirando partidos en la tele en mitad de un bar incluso a las 10 h de la mañana, café y napolitana en mano...
Sin embargo, estoy contento de haber cogido esa carretera porque pude ver algo del Monenegro profundo, y entender como el baloncesto en éstos países es tan bueno incluso siendo pequeños. En mitad de la carretera, podía encontrar canastas de baloncesto y gente mirando partidos en la tele en mitad de un bar incluso a las 10 h de la mañana, café y napolitana en mano...
Cuando parecía que iba a llegar al último tramo para empujar la bici, me rebentó la rueda. Era la 3ª vez que me pasaba en dos semanas, sería por el calor y ésta vez no tenía cámara de repuesto. Le puse un parche, dos y tres... imposible... Terminé por decidir pedir auxilio en una casa vecina a ver si podía dejar las cosas allí, pasar una noche y al día siguiente, hacer autostop a Budva a ver si encontraba algo...
Resultó que encontré a una familia de Bosnia. Muy simpáticos conmigo, pero bastante locos. Entre problemas de comunicación, terminé quedándome con ellos y creo que hoy han sido los que me han llamado temprano por la mañana... Eran 2 niños y una niña, con el agua de la manguera todo el rato encendida y jugando con ella y muy cariñosos conmigo. La madre, todo el día con ellos y el padre había venido de trabajar. Según lo que entendí, esa noche habían quedado con un amigo que iban a ir a robar unas máquinas grandes de construcción... Tenía la escopeta preparada con dos cartuchos...
Mientras me duchaba, se habían ido todos y cuando salí y me senté en el sofá, escuché los disparos a lo lejos. Por un lado sonaba el "ta-ta-ta" de una automática, y también el "pam-pam" de la escopeta. Intenté relajarme... Cuando vinieron, estaban felices. Sacaron la botella de alcohol fuerte y empezamos a beber chupitos. Comimos pescado frito y se empezaron a animar. Pusieron CD's de música en el DVD de la tele, con el volumen a tope mientras los niños dormían y se siguieron animando... Parece que para mostrar el poder, en ésta zona del mundo, se usa el romper cosas. Así cayeron al suelo 4-5 vasos de chupito, un plato, 2 vasos grandes, CD's... y cantaban y reían con el volumen demasiado alto... Todo ésto, mientras el hermano de la mujer se tiraba pedos muy malolientes y lo intentaban echar de la reunión... y yo allí, sin entender una palabra, pero disfrutando de la experiencia. (me permití tirarme algún pedete...)
Al día siguiente, hice autoestop ida y vuelta a Budva, pero al ser domingo, la única tienda de bicicletas de la ciudad estaba cerrada. Terminé comprando una cámara de aire de segunda mano pero que me solucionaría la vida.
Para salir de Montenegro y entrar en Croacia, tuve que subir una cuesta muy muy larga. Con muchos coches en dirección contraria haciendo cola y sin nada mejor que hacer que aplaudirme, decirme bravo, levantarme el dedo... Me sentí como Induráin... No podía fallarles, no podía poner el pie en el suelo... Y así fue como crucé la frontera y me encaminé a pasar una semana con Marko. Marko el marinero socialista mayor, enamorado de Canadá, del vino, del pasado y la política.
Resultó que encontré a una familia de Bosnia. Muy simpáticos conmigo, pero bastante locos. Entre problemas de comunicación, terminé quedándome con ellos y creo que hoy han sido los que me han llamado temprano por la mañana... Eran 2 niños y una niña, con el agua de la manguera todo el rato encendida y jugando con ella y muy cariñosos conmigo. La madre, todo el día con ellos y el padre había venido de trabajar. Según lo que entendí, esa noche habían quedado con un amigo que iban a ir a robar unas máquinas grandes de construcción... Tenía la escopeta preparada con dos cartuchos...
Mientras me duchaba, se habían ido todos y cuando salí y me senté en el sofá, escuché los disparos a lo lejos. Por un lado sonaba el "ta-ta-ta" de una automática, y también el "pam-pam" de la escopeta. Intenté relajarme... Cuando vinieron, estaban felices. Sacaron la botella de alcohol fuerte y empezamos a beber chupitos. Comimos pescado frito y se empezaron a animar. Pusieron CD's de música en el DVD de la tele, con el volumen a tope mientras los niños dormían y se siguieron animando... Parece que para mostrar el poder, en ésta zona del mundo, se usa el romper cosas. Así cayeron al suelo 4-5 vasos de chupito, un plato, 2 vasos grandes, CD's... y cantaban y reían con el volumen demasiado alto... Todo ésto, mientras el hermano de la mujer se tiraba pedos muy malolientes y lo intentaban echar de la reunión... y yo allí, sin entender una palabra, pero disfrutando de la experiencia. (me permití tirarme algún pedete...)
Al día siguiente, hice autoestop ida y vuelta a Budva, pero al ser domingo, la única tienda de bicicletas de la ciudad estaba cerrada. Terminé comprando una cámara de aire de segunda mano pero que me solucionaría la vida.
Para salir de Montenegro y entrar en Croacia, tuve que subir una cuesta muy muy larga. Con muchos coches en dirección contraria haciendo cola y sin nada mejor que hacer que aplaudirme, decirme bravo, levantarme el dedo... Me sentí como Induráin... No podía fallarles, no podía poner el pie en el suelo... Y así fue como crucé la frontera y me encaminé a pasar una semana con Marko. Marko el marinero socialista mayor, enamorado de Canadá, del vino, del pasado y la política.
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Nota: Las entradas que están escritas en inglés son las de Colleen, y las que lo están en Castellano, las de Jose. Quien sea bilingüe, tendrá la oportunidad de acceder a ambas perspectivas, y quién no, tendrá que tirar de Google Translate si quiere acercarse, pasarse a ver las fotos... ¡o empezar a aprender inglés hoy!
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